Son pocos los que recuerdan el origen del ahora famoso “teorema de Baglini”. Fue el título de uno de los panoramas dominicales que Horacio Verbitsky escribió durante un cuarto de siglo en Página 12. Y con ese concepto, Verbistsky hacía mención a una exposición de Baglini, por entonces diputado del oficialismo radical del presidente Raúl Alfonsín.
El dirigente mendocino, quizás sin quererlo, pasó a la historia al acuñar en una frase algo que la mayoría sabe pero pocos admiten: las posturas más extremas de los opositores se van atenuando a medida que son conscientes de que pueden pasar a ser gobierno.
No tuvo que pasar mucho tiempo para la primera demostración empírica del teorema: a los pocos meses, el riojano Carlos Menem se afeitaba las patillas y tiraba a la basura toda una vida de estatismo.
Tal vez por estos días habría que complementar al teorema de Baglini con el “axioma de Calvo”. No fue hace mucho, a mediados de julio del año pasado, que el economista Guillermo Calvo fue premonitorio con otro concepto que también promete hacer historia. Palabra más, palabra menos, Calvo dijo algo que, como la frase de Baglini hace más de 30 años, todos conocen pero pocos admiten. Y eso es que sólo el peronismo está en condiciones de hacer el ajuste en el que fracasan todas las demás fuerzas políticas.
Concretamente, dijo que un gobierno peronista “va a aplicar el ajuste con apoyo popular, culpando al gobierno previo”. Algo que, obviamente, Macri no estaba en condiciones de hacer, tanto por falta de ese apoyo popular como por la imposibilidad de culparse a sí mismo.
Repasemos: ¿acaso Angeloz hubiera podido privatizar la décima parte de lo que privatizó Menem? ¿De la Rúa podría llevar el dólar de 1 a 4 pesos en pocos días como ocurrió con Duhalde?
Preguntas que nos llevan a otra: el apoyo que los sectores empresarios le brindan a cada gobierno peronista, ¿no esconde en realidad el convencimiento, casi la certeza, de que el peronismo y sólo el peronismo puede llevar adelante el ajuste sin demasiados reclamos sociales?
Antes de responder, se recomienda averiguar el paradero de gran parte de los referentes sindicales, sociales, previsionales que, por el momento, parecen estar ausentes sin aviso.
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