El presidente Alberto Fernández anunció la nueva etapa de “Cuarentena” para luchar con un “enemigo invisible” llamado COVID 19, ahí va este ensayo sobre los roles explicados, el ámbito de incumbencia y la imagen trasmitida.
Con más de 100 días en la trinchera del AMBA, la ciudadanía razonablemente cansada agrega incertidumbre y, una sociedad que duda no está preparada para dar batalla, tiene partes débiles, muchas.
Si había que resaltar el rol de los habitantes del AMBA, tal vez no hubiera hecho falta el compromiso de Fernández, solo bastaba su respaldo, pero claro al gobernador de la provincia y al jefe de gobierno de CABA solo los une la General Paz, sin mencionar las diferencias de criterios en sus correspondientes políticas de seguridad, tema que hoy toma relevancia a la hora de conciliar el sueño del ciudadano común. Triste ejemplo la foto del Ministro de Seguridad bonaerense blandiendo un arma en un escenario lleno de perejiles, pero al cual nunca se lo escuchó decir cómo van a la punta del ovillo, ¿dónde se reducen los autos, los celulares, las motos y hasta las joyas de la abuela?
SI el ámbito abarcativo del frente de batalla, como se supone es la nación, el poder del estado tiene otros poderes para visibilizar en respaldo del discurso y su imagen proyectada, ante un enemigo que se presume foráneo en invisible, podemos mostrar un poder interno y visible, el presidente de la Nación como eje de poder, Ministro de Desarrollo Productivo, Ministro de Desarrollo Social, Ministro de Economía, Ministro de Educación, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Ministro de Salud, la Ministra de Seguridad y Ministro de Defensa y aquí un párrafo aparte.
A riesgo de parecer fascista, sabiendo que la ciudadanía intuye que nuestras fronteras son un colador, las mafias de tratas y las drogas recuperan poder en las barriadas más despojadas de bienes y servicios elementales que ponen en franca debilidad los valores morales; por ejemplo: alguien me puede responder ¿de qué están viviendo los que ganaban su platita de la reventa de las entradas de partidos de fútbol? ¿Buscamos una señal de poder y decisión para enfrentar la problemática?
Si hay conflicto, hay una misión del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas Armadas, que por ahora no se explicita, aunque se las muestra repartiendo alimentos y medicamentos, acción muy loable por cierto.
“La intervención de las Fuerzas Armadas en seguridad interior fracasó en Brasil y en México. Incluso en Estados Unidos donde hoy existe una precisa diferenciación entre las tareas militares de defensa y los operativos de seguridad interior que hacen las fuerzas de seguridad federales”, acotó Rossi.
Para los que plantean una participación más visible, el gobierno no sólo decidió avanzar con un cambio sustancial en la redefinición de su nuevo rol en un plazo de seis meses, el ministro de Defensa explicó la nueva directiva; “busca(r) reafirmar la diferenciación de defensa nacional y la seguridad interior para el accionar militar. Hay que dejar bien encuadrado que la defensa nacional no es seguridad interior, como estaba establecido en la última etapa de Macri donde todo era muy difuso”.
La de Rossi es una respuesta clara, no tanto tal vez, como su imagen fuera de cuadro en el grafiti del poder.
Para anunciar las actividades posibles en el AMBA, lo que pasaría con la SUBE y los permisos bastaba con una buena difusión del Decreto y su explicativo.
Para el mensaje de Seguridad del ciudadano en cambio, se espera todavía al Presidente de la Nación y la representación de todo el poder del Estado.
Sigo, buscando otras verdades, como simple gambusino, unidos en la voz y la palabra en CONSUMER Periodismo, te espero en la próxima.
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