Justo antes del inicio de la “cuarentena”, había concurrido la delegación de Don Torcuato, ya con precaución y un poco de miedo para tramitar la renovación del registro de conducir, llenó los formularios, realizó el test, le sacaron la foto y, solo faltó pagar… pero, “el sistema estaba caído”, quedaba para el otro día, solo que ya no se podría salir y todo quedó suspendido, hasta que apareció la noticia; desde el 10 de agosto en Tigre se podían hacer nuevamente, fue infructuoso lograr que la oficina de tránsito atendiera el teléfono o conteste el mail publicados, su trámite aparentemente fue un desperdicio de esfuerzo, trabajo y costos para el municipio, y hay que hacerlo nuevamente.
Unos días después (luego de varios intentos), pudo comunicarse con la farmacia para que le entreguen los medicamentos le contestaron que los remedios de PAMI, no se entregan más a domicilio, trató de entender por qué entre tanto adelanto tecnológico y servicios virtuales de la obra social de los jubilados esta cuestión no fue solucionada, y, a pesar de la recomendación de NO SALIR DE CASA, a la farmacia caminando para retirarlos, mientras en su cabeza empezaba a sonar una vieja canción de José Luis Guerra.
Al volver a casa encontró a su esposa tratando de obtener el permiso para ir al dentista, atención que debe pagar, porque la obra social, con la pandemia de excusa no la cubre, ahí estaba Juana, con un teléfono no muy nuevo y una internet intermitente, que luego de bajar la APP correspondiente, luchaba con el teclado y el escáner que no levantaba la información, debía escribir los datos del DNI (Número y número de trámite – 19 números-), el CUIL (11 números), los datos de la SUBE (16 números), las direcciones de partida y destino con (texto más 7 números), sus códigos postales (8 números) y la dirección de mail (15 caracteres) y terminar explicando lo que debía hacer, el rango horario, y aceptar el CAPCHA, que se caía y a volver a empezar la gestión.
En la cabeza de Pedro, José Luis Guerra sonaba cada vez más fuerte, como todo no puede ser tan malo, ese miércoles 19 de agosto, el día en el que Sandro (Roberto Sánchez) cumpliría 75 años de edad se conoce la canción “No te vayas todavía”, una balada suave, como la de sus años jóvenes, para acompañar los ratos de silencio.
Hasta que el viernes 21 de agosto, la tele comunicaba: murió Solange, la joven enferma de cáncer que no pudo despedirse de su padre en Córdoba.
Solange tenía 35 años y esperaba ver a Pablo; que había viajado desde Neuquén y a quien las autoridades sanitarias de la provincia no dejaron ingresar, porque a alguien le faltó la voluntad necesaria para solucionar el problema.
Pedro imagina cómo sería no poder ver a sus nietos o hijos o esposa en una situación parecida.
Con toda la dimensión de las burocracias de las normas y la desidia de las personas vuelve a sonar… “qué difícil es cruzar el Niágara en bicicleta”, o el Río de La Plata, si lo prefieres.
El Niagara en Bicicleta-Juan Luis Guerra: https://youtu.be/LUzkUq0RLyc
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1 comentario sobre “Eh, burócratas … “qué difícil es cruzar el Río de La Plata en bicicleta”-Por Ernesto García.”
Patricia Fidalgo
(15 septiembre, 2020 -9:40 am)Escuchar la historia de Juana y Pedro, entiendo que se trata de gente que ha trabajado y tenido una vida amorosa con valores…
Gente de clase media hoy clase económica privada de necesidades básicas por burocracias o políticas malignas para los no existen los seres humanos. Triste!