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Acompaña a Luis Tarullo:
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Parece mentira, dirán muchos, pero ya pasó un año de las últimas elecciones y ya comienzan los preparativos para las próximas, para las cuales falta apenas un período similar. Son las llamadas elecciones de medio término o medio tiempo, en las cuales se producen renovaciones en los cuerpos legislativos, pero a la vez pueden interpretarse como veredicto de lo hecho hasta entonces por los oficialismos y observar, aunque sea mínimamente, lo que puede ocurrir con las futuras para Presidente, gobernadores e intendentes. En esta ocasión, además de la particularidad de la pandemia de coronavirus, el banco de pruebas incluye otras cuestiones cuyo debate ya está en el tapete e irá in crescendo hasta seguramente alcanzar su clímax en la primera mitad de 2021. Hay tres situaciones que están absolutamente encadenadas y, como ocurre en muchos aspectos de la vida, pero inevitablemente en la política, serán materia de negociación. Por un lado, la discusión aparentemente principal acerca de la realización de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), una forma sofisticada de llamar a las internas que en realidad han demostrado no ser reales internas partidarias, sino una encuesta/ensayo de lo que puede ser el resultado de las elecciones generales. El debate está ascendiendo a punto de ebullición y la lógica indicaría que el camino más adecuado es el retorno a la histórica interna partidaria en el caso de ser necesario y terminar con un dispendio institucionalmente innecesario, máxime en esta época de pandemia. Además, teniendo en cuenta aquel dato de que las PASO pueden significar para algunos un resultado anticipado, para los casos en que haya un saldo negativo el futuro se pone muy riesgoso. El caso máximo fue el del expresidente Mauricio Macri, a quien las primarias le avisaron que su suerte estaba echada. Luego se inscribe el tema del método de elección. Está surgiendo nuevamente el debate por la boleta única, que podría deparar múltiples ventajas, desde la disminución de posibilidades de fraude hasta un ahorro importante en impresión de boletas. Los diputados de Roberto Lavagna en el Congreso ya dieron el puntapié con un puntilloso proyecto para impulsar la boleta única y avisaron que están dispuestos a apoyar la suspensión de las PASO a cambio de la aprobación de su iniciativa. No es un dato menor, pues ese bloque de diputados puede actuar tranquilamente como árbitro a la hora de formar quórum para las sesiones y votar leyes. Y por un tercer andarivel circula el tema de la reelección de los intendentes, quienes no solo captan votos para sí, sino aportan ese importante caudal a los estamentos políticos superiores, llámese diputados, senadores, gobernadores y Presidente. Los alcaldes de la provincia de Buenos Aires vienen preocupados desde hace cuatro años, cuando en medio de otro contexto político el ahora presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, impulsó y logró la aprobación de una ley que prohíbe más de una reelección a los jefes comunales. Por razones diversas, esos funcionarios, especialmente los del poderoso conurbano, han hecho causa común, sin distinción partidaria, para derrumbar esa norma y poder buscar su permanencia en el poder del terruño local. Las discusiones y negociaciones están a plena marcha, a pesar de que por ahora el interés público esté pasando por otros andariveles, sobre todo en estas jornadas que van de la intensidad parlamentaria hasta la atención puesta en el descanso estival después de un año inéditamente duro. Y justamente los momentos en los que las miradas están puestas en otro lado son los que la política dura y tradicional aprovecha para, a veces con más ruido, a veces sigilosamente, lograr sus objetivos. |
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