La construcción de ciudades inclusivas y sostenibles en el período de recuperación de la pandemia no es un mito urbano
Debajo de la línea 7 elevada, Jackson Heights, un animado y concurrido vecindario de inmigrantes, es actualmente el vecindario más afectado por el virus en Estados Unidos de Norte América. (28 de junio de 2020)
Los casos de COVID-19 ascienden a 4125 por cada 100 000 en un área (del código postal 11368). En el otro extremo de la línea 7, en Chelsea, la zona más acomodada (con el código postal 10011), el número de casos es mucho menor (925 por cada 100 000 habitantes). Si bien quizás sea lo que cabe esperar (los vecindarios densamente poblados presentan el mayor riesgo de contagio), los datos empíricos indican algo completamente diferente.
A fin de responder a la crisis emergente en las ciudades en desarrollo, el Banco Mundial ha creado una metodología que puede ayudar a las autoridades municipales a dirigir los insumos médicos y otros recursos esenciales a las posibles “zonas críticas”, es decir, los lugares con los niveles más elevados de exposición y riesgo de contagio. Se aplica la perspectiva de la geografía económica y se tienen en cuenta las inversiones en infraestructura, la disponibilidad de servicios públicos y la probabilidad de contagio.
Los datos de densidad y superficie útil, disponibles en cuadrículas de 100 metros por 100 metros, proporcionan información detallada a nivel de los subvecindarios. El Banco Mundial también se asoció con el Centro Aeroespacial Alemán para acceder a su innovador producto World Settlement Footprint 3D, que brinda información sobre la altura de los edificios, lo que permite estimar la superficie habitable disponible en un edificio determinado
Muchas de las respuestas dirigidas por las ciudades se han centrado en dos esferas: la prestación de servicios básicos (abastecimiento de agua, saneamiento, higiene y nutrición) y la mejora de las comunicaciones y las estrategias de afrontamiento relacionadas con el coronavirus. Las intervenciones actuales del Banco en las ciudades demuestran que el enfoque basado en zonas críticas da buenos resultados.
En Egipto, el comité interministerial nacional de la COVID-19 se ha basado en los mapas de zonas críticas para analizar la creación de un enfoque de gestión de riesgos diferenciado espacialmente para la zona metropolitana de El Cairo.
Predecir las zonas críticas de la COVID-19 para ayudar a las ciudades a salvar vidas y proteger a los grupos vulnerables
A medida que los países salen de la pandemia, existe una necesidad urgente de ayudar a las ciudades a reestructurar sus densidades económicas para que su tejido urbano sea socialmente inclusivo y sostenible desde el punto de vista ambiental.
Cinco medidas prácticas que las autoridades municipales pueden adoptar.
Planificar, crear y proteger los espacios públicos
Modificar las reglamentaciones para crear una mayor superficie útil
Movilizar financiamiento para infraestructura urbana a fin de fortalecer la capacidad de las comunidades y los Gobiernos locales para mejorar las condiciones de vida en los barrios marginales e informales.
Garantizar los derechos de propiedad y sobre la tierra.
Propiciar los cielos azules.
Fuente: Informe Banco Mundial
Más allá de COVID 19, o como se llame la peste a prevenir, y aún sospechando del rol de entidades como El Banco Mundial o la OMS, parecen razonables las recomendaciones, sobre las cuales se pueden abrir debates para su aplicación en nuestras latitudes.
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