Desde el 9 de agosto de 1984 la pena de muerte ha desaparecido de la legislación común argentina, aunque nunca faltan quienes auspician su restablecimiento, alentados porque la sanción se mantiene en muchos países, aunque nada indica que los actos criminales desciendan por ello
Si bien nunca se aplicó para el “asesinato” como comúnmente lo percibimos, mientras estuvo vigente, se fusiló, a civiles y militares.
Las razones para matar desde el Estado siempre fueron políticas.
Aunque en diciembre de 1972 el dictador Alejandro Agustín Lanusse derogó todas las disposiciones del Código Penal y leyes penales complementarias que la establecían, la dictadura de 1976 a 1983 modificaría otra vez el golpeado Código Penal, mediante la ley 21.338, volviendo a incorporar la muerte estatal por fusilamiento, otra vez la muerte “legal” en la Argentina fue a balazos.
Con la derogación de leyes de facto por LEY Nº 23.077, sancionada el 9 de agosto de 1984 se sustituyen varios artículos del Código Penal entre ellos, que la reclusión por cadena perpetua, a veinte años y la de reclusión o prisión temporal, serán de un tiempo igual al de la condena.
Pero el conjunto de la sociedad ve que no se cumplen los plazos y vive, con razón, atemorizada por su propia vida, vidas inocentes.
Así, como por ley, se eliminó la pena de muerte, y que quedó vedada su reimplantación, pues la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) no permite restablecerla en los Estados que la han abolido; Argentina se destaca por firmar cuanto tratado internacional favorezca la custodia de los derechos humanos, como los derechos del niño por ejemplo, que si se cumplieran no serían llevados por sus padres a delinquir, como es noticia en los medios actuales.
Me contaba un ex comisario hace ya un buen tiempo, “si los derechos de la niñez se cumplieran desde que se nace, nosotros no estaríamos obligados a arrestarlos a los once o doce años y ser juzgados como represores por distintas organizaciones”.
Mientras un agosto se llevó puesta la pena de muerte como ley escrita, parece que julio nos preparó para varios infiernos posibles.
Soy Ernesto García, buscando verdades entre la voz y la palabra en RADIO CONSUMER P, tu opinión importa.
FOTO: Ejecución por guillotina (1939)
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