Buenos Aires, abril de 2021. “El impacto de la pandemia Covid-19 sobre las condiciones de vida de los hogares atendidos por el servicio social de AMIA. Un enfoque multidimensional” es el nombre del informe que el Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), elaboró para dar cuenta de la situación de la población que está siendo atendida por el Servicio Social de la institución de la comunidad judía.
Con autoría del investigador Juan Ignacio Bonfiglio, y la coordinación a cargo de Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina, el estudio se desarrolló sobre la base de cinco dimensiones: la vivienda, el acceso a la salud, la educación, el empleo y la seguridad alimentaria para la población estudiada. El relevamiento de los datos estuvo a cargo del equipo de Programas Sociales de la AMIA.
Algunas conclusiones; por la crisis generada por la emergencia sanitaria, el grupo de población más afectado fue el de los hogares con niños y adolescentes menores de 18 años, mientras que el impacto resultó menor en los hogares conformados exclusivamente por personas de 60 años y más, ya que cuentan con cobertura previsional y desde el inicio de la pandemia recibieron un refuerzo en sus prestaciones por haber sido consideradas grupo de riesgo.
En todos los casos, las familias con niños son las que experimentaron un mayor deterioro de su situación. De hecho, la pobreza por ingresos aumentó del 60% al 76% en estos hogares. Esto se explica por el fuerte incremento de la desocupación como consecuencia de la interrupción de las actividades, llegando a duplicar los niveles de marzo de 2020.
“El impacto de la pandemia sobre el mercado de trabajo tuvo un fuerte efecto sobre los hogares estudiados que se manifestó en un importante incremento de la tasa de desempleo tanto para los titulares como para el resto de los convivientes. La pérdida de cobertura de salud puede estar asociada tanto a este fenómeno como al abandono de la medicina prepaga en el marco de la pérdida de ingresos de los hogares”, se destaca en el informe.
Se observó también un leve descenso de la inseguridad alimentaria severa. De un nivel de 14% en marzo se pasó a un 12% en octubre de 2020, aunque en los hogares con niños se registró un leve deterioro (de 19 a 20%). “Seguramente, esta situación se hubiera profundizado en el contexto de pandemia si no fuera por las prestaciones que estas familias recibieron tanto desde AMIA como por parte del Estado”, sostiene la investigación.
“Este contexto -también se señala- afectó además las situaciones de vivienda, presionando en algunos casos sobre la condición de la tenencia y motivando cambios en la composición de los hogares que contribuyeron a incrementar el hacinamiento”.
“Tal como se venía observando en la población atendida por el Servicio Social, entre marzo y octubre del año pasado, aumentó el porcentaje de familias que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo con los parámetros establecidos por el INDEC. Esto se debió, en gran parte, al fuerte impacto que la pandemia produjo en el mercado laboral. La desocupación creció de manera notoria y las familias atendidas por AMIA se vieron seriamente afectadas por esta situación”, indicó Fanny Kohon, directora del área de Programas Sociales de AMIA.
Entre los hogares atendidos por el Servicio Social de AMIA, a nivel global, la pobreza por ingresos experimentó un incremento de 3 puntos porcentuales, pasando del 23 al 26%. Esto se debe a que la mitad de los hogares están conformados exclusivamente por personas mayores. En el resto, el deterioro de los ingresos se profundizó: “Para el mes de octubre de 2020 casi la mitad de los hogares sin niños y 3 de cada 4 hogares conformados al menos por un niño/a o adolescente tenía ingresos por debajo de la línea de pobreza”, asegura el informe.
Los resultados presentados forman parte de una primera investigación. “Nuestro objetivo es continuar monitoreando la situación de la población destinataria y contar, de este modo, con información certera y actualizada que nos permita fortalecer los programas de protección que llevamos adelante con un enfoque de promoción de derechos sociales. Los datos relevados nos permiten optimizar el alcance de nuestra tarea para contribuir de manera directa a lograr mayor inclusión y equidad social. Por ejemplo, a partir de los resultados de este estudio, hemos incrementado las transferencias monetarias a las familias con niños”, aseguró la directora de Programas Sociales de la institución.
«Desde 2019 el ODSA y AMIA llevan adelante un acuerdo de asistencia técnica para la generación de un sistema de monitoreo y evaluación sobre las condiciones de vida de la población atendida por el servicio social de AMIA. Este informe presenta información sobre el impacto de la pandemia COVID-19 en los hogares analizados a partir de una perspectiva multidimensional, considerando la evolución de una serie de indicadores relativos a las dimensiones de alimentación, salud, vivienda, educación y empleo, teniendo en cuenta además la evolución de la pobreza por ingresos y el impacto de distintas transferencias monetarias sobre la situación de los hogares», señaló Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.
Acceder al informe “El impacto de la pandemia Covid-19 sobre las condiciones de vida de los hogares atendidos por el servicio social de AMIA. Un enfoque multidimensional”
Sobre el informe
AMIA y el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) emprendieron, en 2019, un trabajo de colaboración, con el objetivo de realizar procedimientos que permitan el aprovechamiento de los registros de la Nueva Historia Social (NHS) como herramienta de análisis para dar cuenta de las condiciones de vida de la población atendida por el Servicio Social de la institución. De esta forma, se diseñó una herramienta que permite contar con información sistemática e integrada de una multiplicidad de factores con un enfoque multidimensional de la pobreza, como insumo para el diseño, monitoreo y evaluación de los servicios y prestaciones sociales de AMIA.
En este marco, entre enero y marzo de 2020 se realizó un relevamiento de 700 hogares atendidos por el Servicio Social. A partir de los registros de la NHS se elaboró un proceso para la generación de bases de datos anonimizadas con información sobre distintas dimensiones, a nivel de hogares y de población, que permite el análisis estadístico sobre aspectos vinculados a la alimentación, la vivienda, el acceso a servicios públicos, composición familiar, ingresos, educación, salud, empleo, gastos y deudas, entre otros.
A fin de evaluar el impacto de la pandemia COVID-19 en las familias destinatarias del Servicio Social de AMIA, entre octubre y noviembre de 2020 se completó una segunda etapa de recolección de datos, posterior a la emergencia sanitaria, donde se actualizó la información de una muestra aleatorizada de 280 hogares.
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