Vivir en una cuadra con veredas bastante buenas, con una decena de árboles que no impiden una óptima iluminación por la noche y protegen del sol al medio día.
Vivir en un barrio con buenos vecinos, con buenas familias, que casi no necesitarían presupuesto en prevención.
Vivir en un Estado del que me proveo de iluminación, agua y gas regularmente, además de jardines de infantes, escuelas de todos los niveles, bibliotecas, centros deportivos, transportes, comercios, empresas, fábricas, centros de salud, clubes sociales y muchos servicios más.
Esa cuadra y esa ciudad existe, y no es “gótica”, pero podría serlo, un lugar donde desearían vivir muchas familias de todo el país, albergando cuadras como las descriptas.
Pero, por alguna razón muchas, demasiadas, mi ciudad no es mi país, las familias no viven bien, por alguna razón, muchas, demasiadas, y lo que es peor aún, la gente no se lo imagina, no aprendieron y, ya ni sueñan con vivir mejor.
Tal vez habiten una burbuja amenazada por el COVID-19, aunque se trate de gente lo suficientemente traslúcida para darse cuenta de algo, que todo es “pior” todavía.
Vivir mezclados con los desesperanzados, los irresponsables y los marginales, desde los maleducados que no respetan las normas de tránsito y hay que poner “lomos de burro” en algunas cuadras, y con los malandras que sin más remedio obligan a agregar una alarma vecinal, a pesar de que el servicio de seguridad pase regularmente.
Hay muchas preguntas, muchas, demasiadas, por caso ¿Con qué perspectiva recobra su libertad alguien que cumplió condena, y que no tiene trabajo garantizado al salir de reclusión?, ¿Cómo acordamos una remuneración digna para quienes saben trabajar, considerando que un auto entregado para desarmar, equivale a 2 o 3 sueldos mínimos? ¿Por qué El Club Boca Juniors no sanciona ejemplarmente la irresponsabilidad social de Tévez, no cumpliendo el protocolo frente a la pandemia, o de otras figuras deportivas, del espectáculo, de la política, etc.
Son muchos, demasiados.
Parecemos una sociedad a la deriva, una sociedad que puede llevarse esa cuadra y ese barrio por delante.
A veces quisiera ser el alcalde de Ciudad Gótica, para tener las respuestas que la política, por muchas razones, históricamente, no nos da.
Soy Ernesto García, buscando verdades entre vos y las palabras en RADIO CONSUMER PERIODISMO, tu opinión también importa.
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