A las siete de la mañana, el 20 de junio de 1820, expiraba en la misma casa que lo vio nacer, el general brigadier Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano a los 50 años y 17 días exactos. Su hermana Juana, siempre a su lado, hasta el último momento. También su querido amigo Celedonio Balbín y junto a ellos el doctor José Redhead, quien lo atendió sin pedir ningún tipo de honorarios, sabía perfectamente en la situación en la que se encontraba el héroe.
Buenos Aires se hallaba sumida en una total anarquía y grotescas luchas intestinas que no le «permitían» ir en ayuda del más honesto y abnegado vecino, por lo que el Creador de la Bandera, el único quizás par de San Martín y acaso también, un Padre de la Patria se encontraba en esa situación casi de miseria. Y le dirá a su hermana:
“… Es todo cuanto tengo para darle a este hombre bueno y generoso”, refiriéndose a Redhead, quien había velado por su salud ya aun bajando desde el norte, magnánimo con el prócer en todo momento, por lo que Belgrano pedirá a Juana que le alcance su reloj de oro, regalo personal del Rey Jorge III de Inglaterra, para pagarle a este bondadoso medico Escoses.
Redhead lo tomara, no por un sentimiento de derecho a una retribución material, sino totalmente conmovido por ser poseedor de un entrañable recuerdo para toda su vida. Sabe bien que ese hombre moribundo, será para la historia un gigantesco prócer sin mancha alguna.
Y lo fue.
En la Imagen: La Casa de Manuel Belgrano, hace años demolida donde hoy se encuentra el edificio Calmer en la Av. Belgrano 430.
Alejandro González nos deja esta conmemoración en el Muro de HISTORIAS SECRETAS, DESCONOCIDAS U OLVIDADAS DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS que administra nuestro amigo Horacio Molino en Facebook.
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