Acompaña a Luis Tarullo:
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Las discrepancias entre Israel y la Argentina después del pronunciamiento del Gobierno de Alberto Fernández ante el recrudecimiento del conflicto armado en la Franja de Gaza continuaron su escalada en las últimas horas, pese a la reunión del primer mandatario con la DAIA en la que el oficialismo intentó bajar los decibeles de las discusiones.
Sucede que nada menos que la embajadora israelí en Argentina, Galit Ronen, fue la encargada de ratificar los cortocircuitos entre ambas naciones diciendo, sin ambages, que “hay tensiones” y que el canciller Felipe Solá tuvo expresiones “antisemitas”.
La dura diplomática criticó la postura de la Argentina en las Naciones Unidas, donde la administración Fernández reclamó que se investigara también a Israel por su ataque a la zona palestina, pero quizás fue tanto o más duro el calificativo a las declaraciones del canciller.
Solá había dicho que «los judíos son más inteligentes» y tienen más armamento que los palestinos.
Ronen dijo enfáticamente «claro», al ser consultada por Radio Rivadavia acerca de si esos dichos fueron «antisemitas». Y amplió: «No podemos distinguir entre la gente. Otros también pueden decir que ‘los judíos son estúpidos’, ¡pero no! No es una característica de una raza o de algo en particular. El judaísmo es tanto una Nación como una religión, entonces es como la definición de una raza, a mí me parece muy raro».
Como si fuera poco, enfatizó: «Si yo fuese palestino, me hubiese quejado mucho. Y, de hecho, me estoy quejando también como israelí, porque me parece un dicho antisemita. Y los palestinos también tendrían que quejarse».
Ronen aclaró que «el último conflicto que tuvimos no fue entre Israel y los palestinos, fue entre Israel y Hamás, que es una organización terrorista y que está aliada con Irán. A su vez, Irán estuvo detrás de los dos atentados que ocurrieron aquí. Israel estaba esperando que un país que sufrió en cuerpo propio dos atentados terroristas esté al lado de quien luchan contra el terrorismo».
De tal manera, la embajadora rememoró el tema de la impunidad de los atentados contra la embajada de Israel, en 1992, y la AMIA, en 1994, cuyos autores intelectuales fueron identificados como exjerarcas de Irán, pero nunca fueron detenidos, pese a que hay «alertas rojas» de Interpol para su inmediato arresto apenas salgan de su país.
Esos dirigentes políticos y religiosos suelen viajar al exterior, en visitas oficiales o por tareas propias de su gobierno. Incluso en una oportunidad uno de ellos, el poderosísimo exministro de Defensa Ahmad Vahidi estuvo a las puertas de la Argentina, en Bolivia, invitado por el entonces presidente Evo Morales.
Luego de un tardío aviso del gobierno argentino de ese momento a La Paz, Vahidi se fue tranquilamente de las tierras bolivianas, sin que nadie osara capturarlo.
Acerca de los roces actuales entre Israel y la Argentina, Ronen morigeró luego sus afirmaciones al afirmar que «esperamos superar esto. Pero hay tensiones como en cualquier relación entre seres humanos y entre países. Hay momentos que son más tensos y hay momentos que son más amables».
Al respecto mencionó que hay «varias herramientas» para solucionar las discrepancias. «Tratamos de acercar las posiciones, estamos en contacto con varias personas. Por eso llamamos al embajador en Israel (Sergio Urribarri) a la Cancillería en Jerusalem, tratamos de hacer un esfuerzo».
«Lamento tener que hablar de este tema, ojalá pueda hablar de la cooperación que realizamos por el Covid-19 o de cosas más lindas», amplió Ronen en sus declaraciones difundidas por la Agencia Judía de Noticias (AJN).
Tampoco perdió de vista la confrontación en su región: dijo que «el Estado Palestino todavía no existe. Esto justamente es lo que tenemos que negociar, pero los palestinos se retiraron unilateralmente de la mesa de negociación diciendo que no íbamos a llegar a nada con este Gobierno, y se retiraron».
Y volviendo a apuntar a la Argentina recordó que «la carta orgánica de Hamás habla de aniquilar Israel y de matar a todos los judíos. Entonces, no se puede hacer ningún acuerdo con una organización terrorista que llama a la destrucción de Israel, que llama a matar a todos los judíos. No queremos que haya algún premio para esta organización terrorista, sino que al revés».
También «pasó factura» en el marco de la pandemia de coronavirus, y si bien destacó la reciente visita de expertos israelíes al país, advirtió que «nosotros estamos por lo menos tres meses antes de lo que está Argentina frente a la pandemia y por lo cual podemos compartir nuestra experiencia».
«Lo otro es analizar la posibilidad de hacer aquí la fase del estudio de la vacuna israelí, pero no es el único país que estamos analizando para implementar, sobre esto todavía no hay decisión. Tampoco se terminó con la fase II aún, por lo que aún hay tiempo. Vamos a ver cómo andan las cosas», completó la severa representante de Israel en Buenos Aires.
Las declaraciones de Ronen aumentan la temperatura en las relaciones bilaterales después de que Fernández recibió al presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, y los principales dirigentes de la representación política de la comunidad judía en la Argentina.
Knoblovits dijo que le plantearon al Presidente que «lo más prudente hubiese sido abstenerse» en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a la hora de votar el documento que pidió investigar a Israel por su accionar en el renovado enfrentamiento en Gaza.
Igual dijo que «el Gobierno expresó que no se legitimó nunca a Hamas como Estado, sino que es una organización que merece ser investigada».
Sin embargo, esto no pareció haber convencido a la dirigencia judía local según las palabras del presidente de la DAIA: «Nosotros dijimos que sería bueno entender que hay otras maneras de condenar al terrorismo”.
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