El drenaje de argentinos a Israel continúa de manera incesante y ha crecido 48% en comparación con el año pasado, y «presenta un numero de inmigración superior al resto de los países de la región», aunque Chile, Uruguay y Brasil componen un 20% de aumento del ‘alía’ (inmigración) general hacia el Estado de Israel”.
Así lo afirmó Yigal Palmor, director de Relaciones Internacionales de la Agencia Judía, el organismo encargado de centralizar los trámites de inmigración o ingreso al Estado de Israel.
Palmor explicó que el fenómeno obedece a las situaciones económicas adversas de la Argentina. Pero a la vez se aclaró que esa inmigración «nunca se detuvo desde que comenzó la pandemia, salvo el primer tiempo corto, que había un poco de incertidumbre, pero se retomó rápidamente».
«La demanda de consultas y los números de gente que se va ha aumentado”, explicó Leonardo Naidorf referente del Keren Leyedidut en Argentina, una de las organizaciones dedicadas a la inmigración a Israel, indicó la Agencia Judía de Noticias (AJN).
La población de Israel, según números de 2019, ronda los 9 millones de habitantes, y se estima que la comunidad de argentinos y sus descendientes en Israel es de aproximadamente entre 80.000 y 100.000, o sea alrededor de un 1 por ciento, lo que la convierte en uno de los grupos migratorios de más rápido crecimiento en esa nación.
Uno de los picos migratorios se registró hace 20 años, cuando se produjo en la Argentina la gran crisis del 2001. Pero también debe destacarse que hay un número importante de argentinos no judíos que eligen Israel para instalarse y desarrollarse.
De acuerdo con un informe de la Organización Internacional para las Migraciones de 2012, Israel estaba en el quinto lugar elegido por los argentinos para emigrar.
Sabido es que Israel tiene un avanzado desarrollo económico, industrial y científico, con un ingreso per cápita que ronda los 40 mil dólares anuales, y, más allá de los altibajos, es uno de los países tomados como ejemplo en el manejo de la actual pandemia de coronavirus.
El volumen de gente que decidió ir a vivir a Israel «se ha duplicado y hasta casi triplicado la cantidad» y ello hace que «todas las organizaciones del Estado de Israel dedicadas a la inmigración tienen que mejorar para contener esta demanda”, añadió Naidorf.
“Mucha gente desde el interior del país es parte de las nuevas migraciones hacia Israel. Esto ayuda a trasmitir a la gente que la distancia de Buenos Aires no es ningún tipo de impedimento para avanzar con sus proyectos y sus sueños. Y que aún quienes están en localidades aún más lejanas, que no están en grandes ciudades, pueden contar con nosotros”, enfatizó.
Naidorf detalló que «durante este año ya hemos superado las 400 personas. Estamos hablando que en el 2020 se fueron más de 600 personas» de la Argentina a Israel.
Y estimó que «al faltar todavía medio año se cree que la proyección de esto va a ir creciendo enormemente». También dijo que «se espera que los avances que hay en el mundo respecto al tema de la vacunación y las políticas sanitarias va a ir facilitando aún más los tiempos y los procesos de la gente para irse a Israel”.
Ambos dirigentes destacaron que Israel «sigue siendo un Estado que tiene en su ADN la voluntad y la pasión de recibir a los judíos de todo el mundo. Está en sus leyes, está en su estructura gubernamental, está en sus presupuestos, y está en todo lo que destina y brinda desde el más mínimo detalle».
En ese marco, se resalta que Israel fomenta la inmigración y brinda estímulos y facilidades para establecerse en su territorio, no solo en cuestiones materiales y económicas, sino también en lo relativo a derechos, como la ciudadanía, la cobertura de salud pública y la educación.
«Cuando alguien baja del avión tiene una visa, pero cuando ya pisa el suelo en el aeropuerto Ben Gurión es ciudadano israelí de pleno derecho», dicen los voceros.
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