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El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, advirtió hoy que en el país «se discute poder» pero «no se discute proyecto de Nación ni a dónde vamos».
«No pensamos a dónde tenemos que ir, no nos podemos poner a pensar juntos, sino que discutimos poder; poder mediático, poder económico, poder político”, advirtió. El religioso lo expresó en su reflexión para el 25° domingo del tiempo durante el año, en la que dijo además que «por segunda vez en el Evangelio, el Señor Jesús abre el corazón a sus apóstoles como un verdadero amigo y les dice: ‘Voy a ser entregado en manos de los hombres, me van a matar y al tercer día voy a resucitar’”, indicó la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).
En una dramática comparación de la situación argentina, monseñor Ojea señaló que «mientras el Señor está confiando esta realidad trágica que él va a vivir, sus amigos comienzan a hablar de otra cosa; no le quieren preguntar sobre este tema; entre ellos comienzan a preguntarse quién va a ser el más importante en el Reino. Empiezan a discutir poder”.
Ojea añadió que “ellos concebían a Jesús como un Mesías que les iba a dar el poder, el poder concreto, el poder temporal. Entonces aparece la vanidad de cada uno; quién va a ocupar el primer lugar, aparecen las comparaciones, aparece el creerse superior al otro, esta cosa tan humana. Ellos lo siguen a Jesús, todavía por una ideología”.
“Jesús les propone el servicio, el servicio que supera a toda ideología: ‘Entre ustedes el primero debe ser el último de todos y el servidor de todos el que quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos’. Esto es lo que viene a traer Jesús, no la lógica de la ideología sino la lógica del servicio”, amplió el prelado.
Y entonces Ojea se adentró directamente en el caso del país: “En la Argentina también discutimos poder, no discutimos proyecto de Nación, no discutimos a dónde vamos, no pensamos a dónde tenemos que ir, no nos podemos poner a pensar juntos, sino que discutimos poder: poder mediático, poder económico, poder político”. “Como los apóstoles, el Señor está clamando atención a lo que le está pasando en su corazón, a lo que va a vivir. Podemos decir; se asemeja a la situación dolorosa de tantísimos argentinos y argentinas”, comparó.
Pero añadió que “así como los apóstoles discutían quién era el primero, Jesús se desangraba tratando de comunicarse con ellos para que lo entendieran. Así también muchas veces nosotros -y también en la Argentina- caemos en la trampa de las discusiones de poder, sin animarnos a pensar juntos lo esencial, hacia dónde vamos”.
Y concluyó su reflexión rezando para que “el Señor nos ilumine en este tiempo tan difícil, tan complejo y que la Virgen nos cuide y nos tenga de su mano”.