Nacido en 1837, hijo de Leonardo Hoyos y Rosa Sejas, «Hormiga Negra» fue conocido por representar al típico gaucho bravo o pendenciero, figura común de la época que frecuentaba un antiguo y famoso boliche de campo, «La Bola de Oro». Su apodo fue heredado de su padre, quien era de baja estatura y rubio pero que «cuando sacaba el facón», lo hacía «picar pior que hormiga». Gutiérrez, en su obra lo retrata de la siguiente manera:
«… es un ser pequeño, delgado, de nariz aguda y de mirada más aguda aún.»
Formó parte del combate armado en las batallas históricas de Cepeda y Pavón, y su figura formó parte de varias historias con características peculiares, lo que dio el empuje necesario para inspirar al autor Eduardo Gutiérrez.
El siglo XIX fue prolífero en figuras popularmente célebres. Sucedía que el aparato estatal perseguía al gaucho y lo criminalizaba. Coexistían, en ese entonces, dos regímenes legales: la ley formal del estado y la ley del gaucho.
El sumario de Hoyos (Hormiga Negra)
Hoyos era de cabellos claros y su rostro estaba surcado por pecas, por eso se lo conocía como “El rubio Hormiga Negra”, alias que acompañó su nombre en el voluminoso sumario que se encuentra actualmente en el Archivo Histórico de la provincia de Buenos Aires, encabezado con la siguiente inscripción: “Año 1865 – Expte. N.º 12 – Legado 26 – Sumario levantado contra G. Ollos -(Sic)- El rubio Hormiga Negra, por heridas a Pedro José Rodríguez, de la que este falleció” (Abel Sandro Manca Fuente: Diario Río Negro)
A lo largo de su vida lo acusaron de varios crímenes, muchos de los cuales no mostraron evidencias suficientes para inculparlo: el asesinato de Santiago Andino en Santa Fe, la muerte en riña de Pedro José Rodríguez, quien habría fallecido por tres heridas recibidas, hecho por el que Hormiga Negra pasaría casi diez años de su vida prófugo, el supuesto degollamiento de un niño para robarle los quesos que este llevaba; el crimen de Lina Paenza de Marzo, ocurrido el 14 de septiembre de 1902, por el cual purgó una condena de 6 años, cumpliendo efectivamente cuatro, en la Penitenciaría Nacional. Hormiga Negra pagó por un delito que no cometió. Fue la mujer de Martín Díaz, el verdadero asesino de Paenza de Marzo, quien años más tarde terminaría develando el misterio; luego de una disputa familiar la mujer se presentó a la Justicia e hizo entrega de las joyas de la víctima. Cuenta la leyenda que Díaz se habría encontrado con Hoyo y arrepentido, le espetó: «Perdón don Hormiga», a lo que solo habría recibido como respuesta una sonrisa.
Cuentan que una tarde, ya viejo, Hoyo se enteró de que el circo de los hermanos Podestá llegaba a San Nicolás, dispuesto a representar la obra que contaba su leyenda. En vísperas de la función, se apersonó a la carpa. «Andan diciendo que uno de ustedes va a salir el domingo delante de toda la gente y va a decir que es Hormiga Negra. Les prevengo -dijo con gesto indignado- que no van a engañar a nadie, porque Hormiga Negra soy yo y todos me conocen». No hubo modo de que los Podestá lo hicieran entrar en razones. Hablaron de homenajes, mandaron a buscar ginebra para atemperar los ánimos, pero el anciano pobre, vestido con pulcritud, se mantuvo firme y exigió respeto. A quien saliera a decir que era Hormiga Negra lo atropellaría él mismo con su sola presencia. El domingo el circo representó una obra. El cartel rezaba en letras grandes: «Juan Moreira»
Guillermo Hoyo murió en la misma ciudad que lo vio nacer, San Nicolás de los Arroyos, el 1 de enero de 1918, a los 81 años.
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Archivo Historiográfico de la República Argentina, 1860-1930
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