Ante el incremento de la cantidad de residuos y el alto costo de su tratamiento, desde 1861 la Municipalidad empezó a contratar particulares para que trataran el tema de la basura.
Los empresarios debían recolectar y recuperar los elementos comercializables (muebles, huesos, trapos, papel) y deshacerse de lo inservible a través de la quema.
Sin embargo, ante las quejas recurrentes de los vecinos por la quema en las zonas céntricas, se buscó un lugar en los suburbios de la Ciudad y se encontró uno en el suroeste, despoblado y apartado, en tierras de muy bajo valor económico, inundables, y lejanas al centro.
La zona estaba ubicaba entre el Camino de las Cina-cinas (Av. Amancio Alcorta), el Paso de Burgos y el Puente Alsina; las estribaciones de los Altos de la Convalecencia en las inmediaciones de la actual Vélez Sarsfield; el Riachuelo y la actual Av. Sáenz. Amplio sector del actual barrio de Parque Patricios. Desde 1860 comenzó a funcionar ese predio como sitio para la quema de residuos y se le anexo además a partir del 30 de mayo de 1873 el llamado “Tren de la Basura”, un ramal del Ferrocarril Oeste que se desprendía de su línea principal a la altura de la actual calle Agüero, y llegaba hasta el Riachuelo.
Este servicio ferroviario llegó a tener más de dos décadas de existencia. Cumplía un recorrido que iba desde la estación Once de Septiembre, con trazado curvo hasta la calle Loria y por ésta, hacia la intersección con Europa, hoy Carlos Calvo, donde tomaba por la diagonal Oruro, hasta la actual Deán Funes en el cruce con la ahora avenida Chiclana. Luego las vías proseguían por Deán Funes y su prolongación, hoy Zavaleta, hasta el Riachuelo.
La terminal se llamaba La Basura y el recorrido total, era de siete kilómetros. Camino nauseabundo, burdo, empeorado por continuos vuelcos del material depositado en vagones descubiertos. El ramal era servido por 124 máquinas por mes, que arrastraban un total de 1.300 vagones y que podían transportar casi 15.000 toneladas de residuos por mes y prestó servicio hasta 1895.
El tren de la basura, llevaba hasta La Quema los desperdicios que se depositaban en un Vaciadero de Loria y Rivadavia- Poseía una sola vía y a ambos lados se levantaban casitas humildes que seguían su caprichoso recorrido. Cuando el tren dejó de funcionar y se levantaron las vías, quedó formada la curiosa y angosta calle Oruro que hoy al forastero le llama la atención.
Dado el incremento de la cantidad de residuos se construyó un embarcadero para depositar las basuras hasta tanto fueran llevadas a la quema. Dicho lugar, luego conocido como el Vaciadero, fue ubicado entre las actuales calles Rivadavia, Sánchez de Loria, Hipólito Irigoyen y Esparza.
La basura quedaba estacionada durante horas en los vagones hasta que el tren partía, lo que provocaba quejas de los vecinos por los olores, la suciedad y la dificultad para transitar por la zona. Estos y otros inconvenientes hicieron que en septiembre de 1895 este tren terminara su ciclo y comenzara a realizarse la recolección con carros.
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LA HISTORIA DEL TREN RECOLECTOR DE LA BASURA DE BUENOS AIRES
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