Con el acompañamiento de los diputados nacionales Fabio Quetglas, Paula Omodeo, Laura Castets, Roberto Sánchez, Gabriela Lena, Rubén Manzi, Pablo Torello, Marcos Carasso, Hugo romero, Gerardo Cipolini, Jorge Vara, Francisco Monti, Martín Arjol, Juan Martín Musacchio y Manuel Aguirre, Ricardo Buryaile presentó un proyecto de ley que propone que el Banco Central emita tres nuevos billetes.
Todos ellos superiores al actual de $1.000 que según informes monetarios es el que más ha crecido en circulación y que actualmente apenas alcanza para comprar alrededor de $5 dólares en promedio, según la cotización que se tome.
Un detalle no menor, es el indicador de que el billete de $1.000 se quedó sin letras en el abecedario y, por tanto, debe recurrir a la doble letra para no repetir las series de impresiones anteriores. “Hay tres factores que explican este fenómeno: en primer lugar, por la inflación; en segundo, por la emisión monetaria y el tercero, por la ausencia de un billete de mayor denominación”, recalcó Buryaile. Y agregó: “la economía argentina cumple más que satisfactoriamente con las tres variables, no ajenas a la realidad de la ciudadanía y en franca sintonía con los vaivenes económicos que recaen en la población toda”.
“La situación de creciente inflación es sabido que va tornando inservibles a los billetes de menores denominaciones y, además, conlleva un perjuicio al Estado que cada vez tiene que imprimir más papel moneda”, sostuvo Buryaile, y remarcó que esto también perjudica al sistema bancario que debe resguardar esos valores en sus bóvedas o en su logística al trasladar grandes cantidades de billetes de bajas denominaciones para afrontar la demanda del público “por la carencia de mayores valores para el circulante”.
“El universo de argentinos tiene conciencia que un billete de $1000 es agotado en sí mismo por la inflación y que, muchas transacciones en nuestra realidad se hacen por fuera de las operaciones virtuales, teniendo que utilizar grandes e incómodas cantidades de papel moneda”, dijo Buryaile en sus fundamentos.
El ex ministro de Agroindustria, recuerda que el billete de $1.000 en sus inicios en 2017, equivalía a $52 dólares y, al día de hoy con su doble denominación, sólo equivale a cerca de $5. “En tan solo 4 años contados desde su puesta en el mercado, tiene un triste récord: ha perdido el 90% de su valor en dólares”, aseguró. Por otro lado, sostuvo que, si para el mismo periodo se mide la variación en el poder adquisitivo teniendo en cuenta la evolución del índice de precios al consumidor INDEC, “se observa que el billete ha perdido 83% de su poder adquisitivo”, remató.
Finalmente, mencionó que la emisión de billetes de $2.000, $5.000 y $10.000 pesos, “generarán un sustancial ahorro para el Estado Nacional”. Además, “determinaría suplir a la gran demanda existente de otras denominaciones más bajas de dinero, por las que el Estado muchas veces se ve obligado a importar billetes para cubrir la demanda como consecuencia de la inflación. También le dará una mayor agilidad financiera a las personas humanas y jurídicas”, concluyó.
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