Buenos Aires encierra leyendas y mitos. Sus calles y edificios son escenario de historias tan fantásticas como interesantes y el Sur de la ciudad no es la excepción. Precisamente, el barrio de Barracas es conocido por sus misterios.
Sobre la Avenida Montes de Oca, al lado del hospital de niños Pedro de Elizalde, se erige una asombrosa mansión conocida como la «casa de los leones» que posee una historia llena de misterios y secretos. Fue adquirida por Eustoquio Díaz Vélez (hijo) en 1880, quién era conocido por sus gustos extravagantes.
Su padre fue quien llevó el apellido a la historia Argentina ya que el general Eustoquio Díaz Vélez luchó en las invasiones inglesas y fue parte del ejército del Norte en épocas de Manuel Belgrano. Además adquirió gran parte de los terrenos que hoy corresponden a la localidad balnearia Necochea, en el Sur de la provincia de Buenos Aires.
Su hijo heredó la fortuna y supo hacerla crecer de forma sostenida. Siguiendo sus extraños gustos, adquirió esta mansión de estilo francés porque estaba cerca del puente que cruzaba el riachuelo, hoy puente Pueyrredón. Por ese entonces, Barracas era un barrio importante de casas quintas de familias adineradas.
Este millonario extravagante tenía miedo de que por las noches entrasen ladrones a robar debido a que la casa estaba alejada del centro. Sin embargo en lugar de adoptar perros guardianes, hizo traer tres leonés de África. Díaz Vélez sentía un interés particular por estos felinos. Una vez que llegaron, los animales permanecieron en jaulas durante el día y por las noches andaban sueltos por el jardín.
Todo marchaba con tranquilidad hasta el casamiento de una de las hijas de Díaz Vélez. En esa época, la costumbre era celebrar el compromiso en la casa de la novia. Por esto, el millonario se encargó de todos los preparativos ya que su futuro yerno también pertenecía a una familia de estancieros adinerados.
Llega el gran día y todo estaba listo. Eustoquio y su esposa recibieron a los distinguidos invitados en una noche clara y templada. Como era costumbre en estos acontecimientos, los leones estaban encerrados, pero por error una jaula quedo mal cerrada y uno de los felinos escapó. Entre la música y la diversión nadie advirtió la presencia del animal. Y precisamente en el momento en que el novio le está entregando el anillo a su amada, el León salió de entre las plantas y se abalanzó contra el joven.
Ante los gritos desgarradores y la sorpresa de la familia e invitados, Díaz Vélez se dirigió a su despacho, tomo una escopeta y le disparo al león matándolo en el acto. Sin embargo, ya nada más se podía hacer, el novio yacía muerto en el jardín.
Sin poder vivir con tanta tristeza a cuestas, la hija del millonario se quitó la vida. Luego de este segundo hecho trágico, Díaz Vélez cayó en una profunda depresión pero su pasión por los leones seguía intacta, por lo cual mando hacer esculturas de felinos para colocarlas en el jardín. De hecho, en una de ellas se ve a un león atacando a un hombre.
La mansión continua en pie y en la actualidad es sede de una fundación.
Los huéspedes del lugar cuentan que por las noches escuchan gritos y llantos, que rememora el desdichado final de esta historia de amor qué pasó a formar parte de uno de los mitos porteños que continúan construyendo intriga.
Muchos sostienen que está leyenda no es cierta ya que no existen noticias de la época que informen sobre esta tragedia y que la leyenda nace de las estatuas que rodean la casa. Quedará en cada uno creer o no la historia, por lo pronto decido quedarme con la duda y no me animaría a pasar una sola noche dentro de este hermoso palacio.
MEMORIAS CURIOSAS ARGENTINAS
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