Acompaña a Luis Tarullo:
Seis monasterios argentinos de Carmelitas Descalzas fundaron una nueva Asociación que está presente en cuatro provincias: Río Blanco (Jujuy), Concordia (Entre Ríos), Paso de los Libres (Corrientes), La Plata (Buenos Aires), Virrey del Pino (Buenos Aires) y Monasterio Corpus Christi (Ciudad de Buenos Aires). A ellos se une el monasterio de Tandil como casa filial de La Plata.
La Orden de Carmelitas Descalzas fue creada por Santa Teresa en el siglo XVI. Tenía una rama femenina-contemplativa que viven en los monasterios llamados “carmelos”, y una masculina-activa, de los que dependían las monjas. Actualmente hay aproximadamente 900 monasterios de carmelitas descalzas en todo el mundo, en los cuales viven casi 12 mil monjas.
Tras el Concilio Vaticano II se dividió la rama femenina de la Orden. Así quedaron las monjas que siguen dependiendo de los padres carmelitas y las que no dependen. Este segundo grupo dispuso su separación de los padres carmelitas porque consideraban que su dependencia comprometía su ideal contemplativo.
En los años 1990-1991 se aprobaron dos constituciones, una para cada grupo. La de 1991 es considerada «una forma más plural de seguir el ideal de Santa Teresa», se explica, mientras la de 1990 implica «una forma que está muy apegada a la uniformidad y a prácticas que eran características de todos los carmelos antes del Concilio Vaticano II». Este último sector alcanza al 20% de los carmelos del mundo y dependen directamente del Vaticano y el obispo de la región. Entre sus principios se destaca que «las carmelitas descalzas, siendo un Instituto religioso de carácter estrictamente contemplativo, son sobre todo testigos claros de la primacía absoluta de Dios en la vida humana. Y por Él y respondiendo con un corazón disponible al don de la vocación personal, su existencia se convierte en una especie de ofrenda, no sólo por renunciar a la familia o a la libertad de comunicación en el mundo, sino sobre todo por subordinar toda la vida, hasta el más mínimo detalle, a la oración y firme perseverancia en la presencia de Dios».»En la vida cotidiana las monjas unen la oración ferviente y el trabajo manual. Este trabajo incluye tanto las tareas domésticas comunes, como las formas específicas de actividad encaminada a obtener fondos para el mantenimiento, como por ejemplo: hornear las hostias, bordar los ornamentos litúrgicos o realizar iconos», se explica en la página Carmelitani Scalzi. Y añade que «las carmelitas descalzas, escondidas en el silencio del monasterio y aparentemente desconocidas para el mundo, están presentes en todo el orbe».
Según los últimos datos estadísticos, las monjas alcanzan la cifra de 11.500, convirtiéndose así en la orden femenina de clausura más importante del mundo católico. Casi 750 monasterios viven según las constituciones aprobadas en 1991, y 140 según las aprobadas en 1990.
Los seis monasterios argentinos mencionados formaron la Asociación «Mater Ecclesiæ» y celebraron su primera Asamblea los días 23 y 24 de marzo, representadas por madres y hermanas de cada una de esas casas espirituales.
Después de una misa se reunieron las prioras y delegadas en el lugar preparado para los trabajos de la Asamblea, previa visita al Santísimo Sacramento y oración a la Madre Santa Teresa.
También reflexionaron sobre las propuestas del papa Francisco en «Vultum Dei quærere», particularmente los doce puntos que él considera objeto de revisión. Vultum Dei quaerere es una constitución apostólica del Papa Francisco, del 28 de junio de 2016.Luego se abordó la fisonomía que debe tener la Asociación para poder ser útil a los monasterios y para prestarse ayuda en caso de necesidad, en temas de formación como económicamente, según informó la agencia AICA.
El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió la elección de la presidenta de la Asociación y de las consejeras para el sexenio 2022-2028. Saludó a las prioras y delegadas presentes y luego «les dirigió una paternal exhortación, hablando del silencio, del estar centrados en Dios, y del importante papel de la vida monástica, no solo en cuanto que es un foco de intercesión, sino de alabanza y trato íntimo con Dios en el silencio, en los que Él recibe la gloria que muchas veces el mundo no le da». Además, «animó a las carmelitas a profundizar en este nuevo camino que les pide la Iglesia, como una oportunidad providencial para enriquecer la fraternidad carmelitana. Seguidamente rezó una oración, pidiendo la gracia del Espíritu Santo para todas las presentes y sus comunidades», se explicó.
Como presidenta fue electa la madre María Amada de Jesús, de La Plata, y como primera consejera, la madre María Alicia del Niño Jesús de Praga, de Corpus Christi, Buenos Aires.
Monseñor Fernández entregó a las prioras un ejemplar de “La fuerza transformadora de la mística”, obra de su autoría, que con gran cordialidad autografió dedicándolo a cada una.
«En estos días se destacó el ambiente de diálogo fraterno entre las religiosas, el respeto a los diversos modos de vivir el carisma, la sinceridad en el trato, la alegría, la disposición a compartir con generosidad, y el deseo de que este primer encuentro produzca verdaderos frutos de caridad y de fervor carmelitano en todas las comunidades», añadió la información.
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