Hasta podríamos afirmar que la Sociopatía política existe.
No sería la primera vez en Argentina que un partido democrático, desafíe y no respete la democracia. Paradojas e intereses insospechados que el yoísmo supera.
Era válido decidir si Milei o Massa, pero con todas las manos de JxC alzadas. Sin nadie afuera.
El peor momento del país, pasa a ser el peor momento de un partido que tenía grandes posibilidades. Y no se trata del Radicalismo, sino del Pro. Faltó altura en las circunstancias conocidas.
Patricia Bullrich, aun notablemente quebrada por estos días, no debió conceder el voto a Milei, aún ante la presión de un Líder que claramente, ha dejado de serlo aunque intente seguir haciendo política.
Liberar el voto de quienes confiaron en ella, hubiera representado una decisión de elevación política. Ni siquiera debieron haberse reunido a puertas cerradas sin el resto de JxC, ni haber concedido espacio con Milei para conversar cargo alguno, lo que sin dudas se viene.
¿Cabeza de ratón o cola de león? Ni siquiera algo de esto. Se es líder en una comunidad pequeña, antes que pasante en una comunidad grande.
En esta realidad, miles de electores perdieron, no en las urnas porque de hecho cumplieron con el rigor ciudadano, sino que perdieron dentro del Pro, y por efecto domino, en JxC.
A esta altura la UCR quedo mejor parada. Hubo dignidad en la decisión ante la derrota. Buscaron inteligentemente otras instancias institucionales.
Poniendo el cuerpo lejos de la polarización que quedó hacia noviembre, JxC debió dedicarse de pleno al trabajo político y parlamentario, a lo territorial, desde cada comuna hasta cada gobernación. Ese, es un trabajo político serio y sin luminarias.
Coalición Cívica ARI, anticipó su dignidad antes que ir detrás de cargos imperdonables o negociaciones éticamente cuestionables.
Nada podrán explicar Mauricio Macri ni Patricia Bullrich a sus seguidores, aquellos que llegaron hasta las urnas con ellos, por ellos.
No es verdad lo expresado en la conferencia de prensa; “que la mayoría eligió un cambio y nosotros lo representamos”, de ser así hubieran votado a Milei quienes creyeron en JxC. Los decepcionados, votaron por JxC. Y el Pro ensayó una excusa memorable; apoyar “el cambio permanente en la Argentina”. ¿Con qué? ¿Con quiénes? ¿Es el mismo “cambio” con el que insistieron en la Campaña, el “cambio” que profetiza Milei? ¿De qué nos perdimos?
La ingenuidad surge también de la conferencia, se descuidó la inter relación y los contactos en más de un lugar y de los apellidos compartidos casi, entre los dos candidatos que quedan más que nada en la provincia de Buenos Aires.
Faltó lo básico;
Y es que quienes han quedado en punta, siguen siendo opcionales para quien pierde con adultez, y éste es el concepto que no supieron interpretar tras la derrota. El Pro, por estas horas, ya no representa lo que el país esperaba, el caos trajo desde los últimos 4 gobiernos el ideario que ninguno ha sido mejor, acaso, todos hayan sido peores.
Un final desigual, horrendo, casi dramatúrgico, irresponsable y combinado.
A JxC le ganó Milei, por las trascendentales e importantísimas indefiniciones de JxC.
¿Terminaron en tanto Pro? No. Si buscarán inteligentemente fuera de las urnas, cantidad de opciones políticas que quedan en el aire, tendrían un camino portentoso, aunque los Egos ahora están cortando el paso.
Cuando un hacedor no valora lo que creó, imponiéndose a cualquier precio, simplemente no lo creó, sino que circunstancias inexplicables y azarosas lo generaron.
Al exmandatario de JxC ya lo conocemos. Una pena Patricia, pudo aun perdiendo, caminar erguida.
La situación ahora sugiere que la UCR, para quienes lo desconocían y pese a la larga caída desde la Alianza, o tal vez por ella, es mucho más Partido que el diminuto Pro.
Primero fue Larreta, después Bullrich, ahora los Radicales…
Casi parecida a la historia griega de Efialtes de Tesalia. Efialtes traicionó al rey de Esparta, Leónidas, mostrando a los persas una ruta para rodear Las Termópilas, donde los espartanos y sus aliados estaban logrando contener el avance del ejército de Jerjes I. Esparta cayó. Meses después Efialtes murió a manos de un hombre de Traquis, en una simple reyerta.
Efialtes significa «pesadilla».
Todo recomienza. Aunque generaciones de argentinos tendremos menos tiempo para recuperarnos, cuando quienes se organizan para representarnos, siguen pensando en sí mismos.
El ciudadano se equivoca al seguir a un candidato, acierta solo cuando se interioriza y analiza cuándo, qué y con quién negocia. Este bumerang que no termina de aterrizar, tras los errores de un liderazgo que no ha sido, beneficia indirectamente a un Kirchnerismo que creíamos en agonía. El león y el Patito que público Milei, es una burla de la que no se regresa. Justamente, quien quería combatir la casta está inundado de ella.
Correcto o incorrecto, Argentina podría llegar a ser interpelada ahora por el voto en blanco y las ausencias. Más que nunca. Sucedió en otros países.
En política, la decisión casi unilateral del Pro, no representa un error, es ignorancia.
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