Entre las muchas enfermedades con consecuencias mortales que surcan todas las latitudes del mundo está el cáncer de cuello uterino, pero parecen ser auspiciosos las acciones y los resultados para combatirlo y vencerlo.
Por ejemplo, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde la puesta en marcha de la Estrategia Mundial para la Eliminación del Cáncer de Cuello Uterino, 30 países introdujeron la vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano), entre ellos naciones con un gran número de habitantes y una importante carga de esa enfermedad, especialmente varias africanas.
De acuerdo con las cifras proporcionadas por la OMS, hasta la actualidad 140 países introdujeron la vacuna contra el VPH en sus programas nacionales de inmunización, o sea alrededor de las tres cuartas partes de los Estados mundiales.
También se destaca que la cobertura mundial de vacunación contra el VPH de niñas que recibieron al menos una dosis de la vacuna aumentó 21% en 2022, superando así por primera vez los niveles anteriores a la pandemia.
Las autoridades estiman que a este ritmo se logrará el objetivo de 2030 de poner las vacunas contra el VPH a todas las niñas en todos los países.
En ese marco, recientemente líderes mundiales, sobrevivientes de cáncer de cuello uterino, activistas y referentes de la sociedad civil se reunieron para conmemorar el tercer Día de Acción para la Eliminación del Cáncer de Cuello Uterino.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, dijo que “en los últimos tres años hemos apreciado progresos significativos, pero las mujeres de los países más pobres y las mujeres en situación de pobreza y marginación de los países de mayores ingresos siguen sufriendo de manera desproporcionada el cáncer de cuello uterino”.
Añadió que “podemos hacer realidad nuestra visión de eliminar el cáncer de cuello uterino mediante estrategias potenciadas para incrementar el acceso a la vacunación, la detección y el tratamiento, el firme compromiso político y financiero de los países, y un apoyo incrementado por parte de los asociados”.
Como novedad auspiciosa y esperanzadora se dio a conocer que Australia se encamina a ser uno de los primeros países en eliminar el cáncer de cuello uterino. El objetivo podría cumplirse en los próximos 10 años.
En Noruega, investigadores informaron que no hallaron casos de cáncer de cuello uterino causados por el VPH en las mujeres de 25 años, el primer estamento de mujeres al que se ofreció la vacuna en la infancia mediante el programa nacional de vacunación.
Indonesia anunció su compromiso de alcanzar metas mediante el plan nacional de eliminación del cáncer de cuello uterino (2023 a 2030).
Y en el Reino Unido el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra se comprometió a eliminar el cáncer de cuello uterino para 2040.
La OMS explicó que “la cobertura mundial de vacunación contra el VPH de niñas que han recibido al menos una dosis de esta vacuna aumentó en un 21% en 2022 (superando por primera vez los niveles anteriores a la pandemia). Si se continúa progresando a este ritmo, el mundo estará bien encaminado para alcanzar la meta de 2030 de poner las vacunas contra el VPH al alcance de todas las niñas en todos los países”.
Además, varios países invirtieron en la mejora del acceso a las pruebas de detección. Sin embargo, en la mayoría de los países las mujeres diagnosticadas con cáncer de cuello uterino siguen requiriendo mejor acceso a cirugía, radioterapia, quimioterapia y cuidados paliativos.
Otro dato preocupante brindado por la OMS: solo el 65% de los países incluyen los servicios de detección del cáncer de cuello uterino entre las prestaciones de sus sistemas de cobertura sanitaria universal. Y en el caso de la radioterapia ese porcentaje asciende al 69%.
La OMS sostuvo también que para eliminar el cáncer de cuello uterino “todos los países deben alcanzar y mantener una tasa de incidencia inferior a cuatro por cada 100 000 mujeres. El logro de este objetivo se basa en tres pilares clave y sus correspondientes metas”.
Esos tres pilares son: que el 90% de las niñas reciban la pauta completa de la vacuna contra el VPH antes de cumplir 15 años; que el 70% de las mujeres se beneficien de una prueba de detección de alta precisión antes de los 35 años y otra antes de los 45, y que el 90% de las mujeres con lesiones precancerosas y el 90% de las mujeres con cáncer invasivo reciban tratamiento.
En síntesis, cumplir con la premisa del 90%, 70% y 90% de alcance en cada uno de los tres casos, respectivamente, a 2030 para ir rumbo a la eliminación del cáncer de cuello uterino en el próximo siglo.
Claro que en paralelo debe haber políticas que contribuyan a cumplir con esas metas, ya que, como se ha dicho, en este y otros casos la mayor incidencia se registra en los países donde los índices de pobreza son acentuados y el acceso a servicios básicos es mucho menor o directamente inexistente. Acciones aisladas en un mundo convulsionado, con zonas superpobladas con comunidades hacinadas y empobrecidas de nada sirven, más allá de las buenas voluntades.
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