Hay que tomar conciencia. La inflación que los analistas económicos (Focus Economic-TN) y otras fuentes manejan para el segundo trimestre del próximo año, estaría en el orden de 260% anual.
En cuanto al dólar, y sin dolarización alguna, se prevén valores para el paralelo, que podrían alcanzar los 1250 ya para marzo, abril y que el dólar oficial rondaría los $1500 en el último trimestre de 2024. Con un descenso de la inflación inicial recién para el último cuatrimestre del año entrante o principios del 2025, con un dólar más estabilizado y tasas de interés que irían a la baja, momento en que se espera que las inversiones comiencen a notarse.
Durante enero, febrero y marzo del 2024, la inflación no cederá según algunas fuentes consultadas, sobre todo por lo inercial, una necesaria devaluación y el ajuste del gasto fiscal, lo que indicaría una notable contracción económica. En estos ejes, coinciden en el entorno de Javier Milei y en más de un Medio especializado.
Ordenar semejante herencia, lo que incluye el mal gasto, el endeudamiento de gobiernos que supieron recaudar bien y exageraron desvíos de partidas y derroches inútiles e inmorales, implica un costo mayúsculo, no hay que indagar demasiado, se trata de los últimos 4 y pésimos gobiernos consecutivos cuando menos.
Esta situación, se da más allá de las medidas que Milei como Presidente Electo finalmente decida. Se debe alejar la falsa confirmación de diferentes Medios acerca de medidas que aún no han sido seriamente validadas en planificación alguna por parte de los integrantes del nuevo gobierno. Cuando una primicia peca de desesperada lo más probable es que posteriormente no sea corregida en sus errores. Hay que aguardar al 10, y acaso algunos días más. Y esperar por el proyecto que llegará al Congreso. Del que solo se sabe su característica de Ley Ómnibus, lo que implicaría desregulación económica, desburocratizar un Estado infectado y sobredimensionado, calificando bien solo a quienes trabajen de verdad y otros ítems que darán para la discusión, aunque algún tema ya publicado en un gran medio evita informar que será necesaria una nueva Constituyentes, por caso los cambios en las fechas de la futuras elecciones. Bajar ansiedad es proceder seriamente.
Lo concreto es el panorama económico y social que se avecina de la Macro a la Micro. Con guarismos desproporcionados que habrá que corregir y que en este caso son herencia de los últimos gobiernos.
La prevención de cada ciudadano dependiendo de sus deteriorados ingresos, debe ser considerada con urgencia. No habrá dinero que alcance. Precisamente, decidida la falta de emisión, son largos los plazos para que nuestros pesos vuelvan a valer algo como bien de cambio.
La tragedia argentina por supuesto, tiene unas cuantas firmas. Lo infame es lo que siempre sucede, los responsables de tanta destrucción, no la pasarán mal, la Señora y sus 14 millones mensuales, MM, AF, y sin dudas, SM.
Sin descontar el Movimiento Evita, con dos causas iniciadas que ningún gobierno tomó con seriedad, salvo el impulso de la Coalición Cívica. Debería, en caso de avanzarse bien en cada tema, esperar de mínima que los responsables se queden aquí y se cansen de fatigar los pasillos judiciales. Incluso debería sucederle a más de un legislador, que volvió a caer parado.
Argentina nunca podrá cambiar todo, ni cambiar tanto. Cambios legítimos exigen sacrificios por los que aún no hemos pasado. El ciudadano está pagando grandes deudas que nunca fueron suyas.
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